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"Tardes de soledad" es un polémico documental en torno a la
tauromaquia que aborda los temas mentales y espirituales que el torero
experimenta en el ruedo a través de las figuras de Roca Rey y Pablo Aguado.
Entre otras cosas, aborda la parte estética del toreo en toda su complejidad.
Albert Serra, su director, lo hace con la expresividad a la que nos tiene
acostumbrados y con un refinamiento estético y conceptual únicos. Todo un
reto estético para descubrirnos esa belleza efímera que tiene la tauromaquia en
el momento en que el toro y el torero se encuentran frente a frente en el
ruedo. Preguntas a través del retrato de dos jóvenes toreros, su pasión, ese
ritual codificado, casi sagrado, y los momentos previos a la lidia, llenos de
una intensa complejidad psicológica. Asegura Albert Serra que “aunque no hiciera películas, yo representaría más
el cine español que muchos de los cineastas que dicen representarlo. Ellos son
españoles, pero no hacen cine. He hecho un documental sobre un tema por
el que muchos de mis fans me van a odiar. Pero hay que hacerlo, alguien tiene
que hacer el trabajo sucio” En un momento de la entrevista, suelta una de esas
frases para enmarcar: ꟷ "El traje de luces crea una gran fascinación visual”.
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Cartel del documental |
Decía Domingo Ortega que “el arte nace de la relación entre el riesgo y
la estética”. Suenan clarines y timbales, y viene ese paseíllo dieciochesco,
ese mundo mágico y controvertido del que hablaron desde Quevedo a Lorca, la
vieja disputa entre la moralidad y la mística. Sangre y arena. Y comienza esa
experiencia emocional que hay que interpretar sin quedarse en los límites,
porque se va a la plaza a ver la muerte rodeada de belleza y donde nos
encontramos a un individuo a solas con su pasado y con el toro, ambos a un
palmo, entre la fascinación y la mitología, en dos horas de arte y vanguardia,
de simbolismo, de dramatismo…, de tantas cosas. Son esos momentos en los que un
rayo de emoción y memoria se cruza por delante de nuestra mirada y entonces
vemos a un muchacho desnudo toreando a la luz de la luna. Temple y quietud.
Andrés Roca Rey o Juan Belmonte…No importa. El sol y la sombra. Las dos
Españas. Y el llanto, como escribió el poeta al torero de la generación del 27.
Y el resplandor de las luces que vuelven a iluminar la herejía para que veamos
con toda claridad a un hombre sentado en un soneto y a un toro leyendo sus
labios, abriendo de pronto las puertas del cielo de par en par y dibujando esa
imagen eterna que nunca olvidaremos.
Tardes de soledad ha conseguido que se recuperase el misterio y la
excitación en el festival de Donostia, rompiendo todas las barreras. Ha sido el
evento del certamen, sobre todo en un año en el que se ha eliminado el Premio
Nacional de Tauromaquia. Albert Serra ha salido por la puerta grande con
su oda a la tauromaquia en la que invirtió cinco años, algo que agiganta a un
director que siempre trae bajo el brazo una propuesta diferente, ese cine de
autor que es parte del misterio que lo representa, que lo define, y sabiendo
que es uno de los pocos cineastas que se atreve a poner la cámara cerca, muy
cerca, y que es capaz de mantenerla decididamente ahí a pesar de las voces que
se oirán en su contra. Todo porque podamos ver caer una lágrima en la arena…
Oti Rodríguez Marchante ha dicho que "Albert Serra da una lección
magistral de acercamiento y de seguimiento al que es hoy la mayor figura del
toreo, Andrés Roca Rey. La película es de
una pulcritud magnífica”.
Albert Serra: "Al artista se le mide en la forma, no en la bondad
del mensaje".
2 Comentarios
¡Buenísimo!
ResponderEliminarBien
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